20150928 Las travesuras de «El Niño» que viene del Pacífico

Imagen del satélite meteorológico GOESS. Obtenida a través de la aplicación de alertas del IDEAM. Se muestran el Caribe, el Atlántico Occidental y el Pacífico Oriental. Fecha 26 de septiembre de 2015. Se observa una atmósfera tropical despejada con pocos sistemas de agua precipitable. La mayor parte de las zonas coloreadas solo representar humedad atmosférica o cielos nublados pero no nubes que produzcan aguaceros.

Por más de un año hemos escuchado en los medios de comunicación que «El Niño viene», «no viene», «hay probabilidad de que ocurra», «no hay», «el Gobierno se prepara», «ya no», «hay alerta», «ya no» . Sin embargo, cada vez que hablo con personas que no son profesionales de las ciencias naturales o de la tierra me sorprende ver el grado de desconocimiento que existe sobre el tema entre la gente del común.  Esto no debería ser así ya que las condiciones atmoféricas nos tocan a todos en la vida diaria. Lo que sí es claro, es que todos coinciden en que por estos días es que esta haciendo un calor tremendo en casi todo el país.

Mis contemporáneos y yo experimentamos a principios de los años noventas lo que se denominó «El apagón» o «la hora Gaviria» entre 1992 y 1993. Primero hubo racionamiento energético y posteriormente se corrió la hora oficial de Colombia una hora más temprano…ya se imaginarán el caos. Poner una cita, sobre todo con una persona mayor era un problema porque preguntaban que si a la hora normal o a «la hora Gaviria». Todo el mundo llegaba tarde o simplemente aprovechaba la confusión para no llegar. Mis clases de tercer y cuarto semestre en la Universidad del Valle (Cali) que empezaban a las 6 am ahora empezaban a las 5 am. Al principio llegaba tarde a las clases porque se me rompieron las gafas y no veía la ruta del bus hasta que ya estaba muy cerca, y cuando trataba de pararlo seguía derecho…eventualmente cuando aclaraba ya podía ver la ruta…para ese entonces pasaban llenos hasta el techo, con gente colgando en las puertas. Ni siquiera paraban. Finalmente, llegaba media hora o más tarde a las clases. A ello atribuyo mi mal rendimiento en Bioquímica. El profesor de esa materia como medida de «adaptación» pasó la clase a las 6 pm. Para esa hora ya todos estábamos mamados!

La causa del racionamiento energético fue el bajo nivel de los embalses de generación hidroeléctrica. Ese era el caso del embalse de Salvajina ubicado sobre el río Cauca en el norte del departamento del Cauca. Su nivel bajó más de 10 metros (verticalmente alrededor de todo el embalse)…eso es mucha agua! Lo mismo pasó en todo el país, pero los departamentos que más sufrieron fueron los normalmente secos como el Valle, Huila, Tolima y los de la costa atlántica.

Dicha sequía prolongada se atribuyó a lo que empezó a denominarse el Fenómeno de El Niño (luego le pusieron el Fenómeno del Pacífico para que los niños no se deprimieran). Fuimos aprendiendo con la pedagogía vivencial que eso significaba que el océano Pacífico estaba muy caliente y que por ello una gran parte de Colombia (no toda) se calentaba y como consecuencia no llovía o llovía poco.

En febrero de 1993 se derogó el decreto de «la hora Gaviria» y todo volvió a la normalidad. Entre 1994 y 1996 llovió un poco más y todos se olvidaron de El Niño.

Entre 1997 y 1998 volvió el calor, volvió la sequía y los problemas del abastecimiento de los embalses hidroeléctricos y los de aprovisionamiento para agua de consumo. Dicen que fue peor. Menos mal ya no volvió la hora Gaviria. Ya se había ido Gaviria. Por otra parte, Samper estaba muy ocupado defendiéndose del proceso 8.000 y no tuvo tiempo para afrontar dicha crisis climática… ni muchas otras.

La entrada del siglo 21, marcó un periodo en que los gobiernos de turno, Pastrana y Uribe, comprendieron que el desarrollo económico del país dependía de una oferta suficiente de energía y de agua para consumo doméstico, industrial y agrícola. Para ello, se promovió la construcción de represas y embalses, particularmente en Antioquia, y se fortaleció la interconexión del sistema eléctrico. También aparecieron políticas como la de los POMCAS o planes de ordenamiento de las cuencas hidrográficas abastecedoras de acueductos.

Sin embargo, hoy después de varios fenómenos El Niño, después de más de 10 años de los POMCAS y del fortalecimiento del Sistema Nacional Ambiental, particularmente del IDEAM, el común de la gente sigue sin saber a ciencia cierta qué es. Peor aún hay departamentos en los cuales el modelo económico sigue siendo extractivista y cortoplacista en términos del manejo de los recursos hídricos. En el Magdalena, el crecimiento del área metropolitana de Santa Marta, El Rodadero y Pozos Colorados se ha dado a expensas de extraer lo que más se puede de las quebradas que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta. En Antioquia, la actividad bananera sigue siendo hegemónica a pesar de que la principal fuente de agua son las reservas subterráneas (pozos). Ni que decir de Valle, donde los cultivos de caña de azúcar cada vez son más extensos…para producir etanol. Y las grandes ciudades? bien gracias. Cada vez más grandes. Y la ganadería? cada vez más potreros (sin árboles), con menos vacas, principalmente en la costa atlántica.

Desde principios de 2014, hemos experimentado ya casi dos años continuos de sequía o baja precipitación, aliviadas por momentos por los huracanes del Caribe y por los nubarrones del Pacífico. Pero eso no nos ha tocado como ciudadanos, ni a los gobiernos municipales y departamentales más allá de declarar estados de emergencia, de los cuales nos olvidamos después que desaparecen de los titulares de los medios. Hay una campaña del Gobierno Nacional de ahorro de agua, pero cómo se traduce esto en nuestra vida diaria? en nuestros barrios y lugares de trabajo? Diría que en nada. En mi caso, debo reconocerlo, que es poco lo que he hecho.

Tal vez no hemos incorporado a El Niño (y a su hermana La Niña) a nuestra cultura diaria. Tampoco lo hemos hecho con el agua. Gabriel García Márquez escribió en el informe de la «Misión de Sabios» en 1994 que para que el país progresara la ciencia debía incorporarse a la cultura. Yo añadiría: «el clima y el agua deben ser parte de nuestra cultura».

Me voy a preparar mi clase sobre «El Niño» y «La Niña».


 

La atmósfera local durante El Niño 2015

Los siguientes vínculos muestran la secuencia de la dinámica de la atmósfera sobre Urabá y Colombia durante la semana del 19 al 26 de septiembre, periodo en el cual debería estar lloviendo mucho como es costumbre en un año normal :

http://bart.ideam.gov.co/geotiff/satelite/caribe/infrarojo/201509262203.jpg 2015-09-26 22:03 #reportaideam

http://bart.ideam.gov.co/geotiff/satelite/caribe/infrarojo/201509261004.jpg 2015-09-26 10:04 #reportaideam

http://bart.ideam.gov.co/geotiff/satelite/caribe/infrarojo/201509252333.jpg 2015-09-25 23:33 #reportaideam

http://bart.ideam.gov.co/geotiff/satelite/caribe/infrarojo/201509250834.jpg 2015-09-25 08:34 #reportaideam

http://bart.ideam.gov.co/geotiff/satelite/caribe/infrarojo/201509222234.jpg 2015-09-22 22:34 #reportaideam

http://bart.ideam.gov.co/geotiff/satelite/caribe/infrarojo/201509212334.jpg 2015-09-21 23:34 #reportaideam

http://bart.ideam.gov.co/geotiff/satelite/caribe/infrarojo/201509211134.jpg 2015-09-21 11:34 #reportaideam

http://bart.ideam.gov.co/geotiff/satelite/caribe/infrarojo/201509201605.jpg 2015-09-20 16:05 #reportaideam

http://bart.ideam.gov.co/geotiff/satelite/caribe/infrarojo/201509192034.jpg 2015-09-19 20:34 #reportaideam


Sitios web sobre información científica acerca de El Niño

http://www.elnino.noaa.gov

http://www.ideam.gov.co/web/tiempo-y-clima/tiempo-clima

20150922 La breve historia del tiempo…atmosférico de Urabá

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Realizado con #Pixlr # – http://pixlr.com/mobile

Estoy en medio de un aguacero después de un día caluroso.

Esto me hace reflexionar sobre el estado del tiempo atmosférico (condiciones meteorológicas o instantáneas de la atmósfera que determinan el pulso de corto plazo sobre la biosfera).

En un país como Colombia, cuya meteorología es tan compleja,  es común oír a la gente que el «clima» no lo predice nadie. Hace años la cara visible del IDEAM (Instituto de Estudios Ambientales y Meteorología) era Max Enriquez, el meteorólogo que salía en en los noticieros haciendo los pronósticos del tiempo. Era un chiste popular decir que el Max Enriquez no le pegaba ni al mundo hinchado. Ayer como hoy, cuando el Sr. Enriquez, es una figura del pasado, y ha sido reemplazado por lindas modelos o presentadores (masculinos) que poco saben de meteorología, es igual de desagradecida la tarea de la predicción del tiempo, aunque varias ciudades tienen sus propios radares meteorológicos. ¿Por qué? En general, dada la naturaleza dinámica y compleja de la atmósfera, como un fluido, es una cuestión de probabilidad dónde y cuándo ocurrirán ciertas condiciones a partir de otras originadas en otras partes y tiempos anteriores. En otras palabras lo que ocurre aquí y ahora, es el producto de allá y antes. Esto suena poético, pero para nada lo es. Esto es física pura, estadística pura, pero ante todo paciencia!

El desplazamiento de las corrientes de aire sobre la superficie de la tierra ocurre en tres dimensiones….cosa compleja. Por lo tanto, la tarea de predicción del tiempo, que no es otra cosa que la predicción de dónde y cuándo va estar una masa de aire con condiciones definidas, debe hacerse en equis, ye y zeta. Por otra parte, como todo desplazamiento, la probabilidad de predecir la posición disminuye con el tiempo. Mezclando las dos cosas, la predicción del tiempo se vuelve imprecisa después de las 48 a 60 horas, y con el incremento de la distancia desde el punto de origen del proceso atmosférico que genera una ráfaga de viento, un huracán, una tormenta, un tornado u otro fenómeno como los «frentes».

En Colombia se mezclan tres aspectos que hacen de la predicción del tiempo atmosférico una labor titánica. Primero, el relieve u orografía del país es tan rico como su diversidad biológica. Segundo, debido a su ubicación en la esquina norte de Suramérica el país es influenciado por «procesos» atmosféricos que se originan en el Caribe, en el Pacífico y en la Amazonía. Tercero, debido a la ubicación en la zona tropical o «tórrida» (término que ya no sale ni en los periódicos) el país es influenciado por fenómenos estacionales, como la Zona de Convergencia Inter-Tropical o zona ecuatorial de alta precipitación, y por fenómenos de periodicidad multo-anual como la Oscilación Sureña, con sus dos facetas: El Niño y La Niña.

Mejor dicho, estamos jod…

En estos momentos estoy en Turbo, Antioquia. Región conocida como el Urabá antioqueño ubicado en el límite con Panamá (para aquellos que no lo sepan). Precisamente, esta zona tropical es un buen ejemplo de lo que acabo de escribir arriba. Llevamos tres días de un calor infernal y ahora acaba de soltarse un aguacero no menos infernal. En esta zona debería estar lloviendo como un loco desde hace un mes…pero no! Se dice que porque «estamos en El Niño»…y sí.

Trataré de explicarlo, como dice el título del blog, como una breve historia, con el patrocinio del IDEAM quien ahora con sus aplicaciones nos permite estar bien informados (…y que saque cada uno su «pronóstico» o «predicción»):

  • En esta época debería haber lluvia porque la zona de máximo calor debería estar ubicada sobre Colombia (La zona de convergencia Intertropical o ZCIT). Efectivamente lo está, pero también está sucediendo otra cosa que genera más calor y por lo tanto impide que llueva de manera constante…es decir durante una semana completa. Por lo tanto, en las imágenes del satélite meteorológico no se ve el cinturón de humedad atmosférica que deberíamos ver sobre Colombia.
  • Lo otro que sucede es que el océano Pacífico está que arde. Esto ocurre durante el fenómeno El Niño. Esto hace que se caliente la atmósfera y que llueva en el Pacífico pero no en la zona andina y el Caribe. Por ello las imágenes se ven como despejadas con nubarrones aislados. Pero entonces por que llueve por ratos en Antioquia y el Caribe?
  • Hace unos años, dos profesores hidrólogos colombianos, Germán Poveda y Oscar Mesa, descubrieron una corriente de aire caliente y húmedo que viene del océano Pacífico y entra al país por el departamento del Chocó. A esta la llamó la corriente del Chorro del Chocó, porque tiene un caudal, sí caudal, equivalente al río Magdalena. Esto es lo que hace que en Urabá y Antioquia llueva como sin razón a veces. Ahora con El Niño, el Chorro está embravecido…(cayó otro trueno, eso me lo recuerda). Por esto, se ve en las imágenes que algunas nubes gigantescas vienen del Pacífico, se concentran en la cordillera Occidental y luego se disipan hacia el interior del país, no sin antes dejar unos buenos aguaceros.
  • A Urabá también le toca su dosis de atmósfera Caribe. Aunque aquí no llegan los huracanes y tormentas tropicales que amenazan a las Antillas (masas ciclónica) que vienen desde las costas africanas, si llegan los mares de leva y algunos aguaceros como  parte de los «coletazos» de dichos procesos.
  • Para complicar todo, eventualmente llegan «frentes» provenientes del Atlántico norte que vienen desde Norteamérica como unas bandas arquedas, que si bien no traen tanta lluvia si traen vientos fríos y secos que pueden contribuir a las condiciones de sequía local.
  • No nos olvidemos que la vegetación respira y transpira, por lo tanto en esta zona, donde aun quedan algunos bosques extensos (igual que en la Amazonía), tenemos nube propia.

Finalmente, todas estas corrientes de viento y humedad atmosféricos suben y bajan por las montañas de las serranías del Darién y del Abibe y convergen en el golfo de Urabá, haciendo de esta esquina de América una «delicia» para el estudio del tiempo atmosférico y de la oceanografía.

Colombia es un país mega-diverso, biológicamente hablando, pero también en términos de condiciones meteorológicas y de climas. Necesitamos más profesionales de las ciencias de la atmósfera para tener más consideración con quienes se atreven a pararse en los noticieros a compartirnos los «pronósticos» del tiempo. Mientras tanto, tengamos consideración nosotros.

(PD. Paró el aguacero. Me voy a cenar)

20150715 ¿Final u oportunidad para los manglares de Urabá?

La salud —o estado ecológico— de los manglares en la costa oriental del golfo de Urabá, en Antioquia, varía en función de la deforestación inducida por la distancia de cada manglar al casco urbano de la ciudad de Turbo en el Urabá antioqueño. Así lo demostró una investigación realizada entre 2011 y 2013, publicada el pasado 26 de junio en un número especial sobre conservación de manglares en la revista Diversity*.

La deforestación de los manglares debido a la expansión de las fronteras urbana y agropecuaria es un problema global. Como caso de estudio se tomó la costa oriental del municipio de Turbo. En la investigación se utilizaron fotografías aéreas de alta resolución tomadas durante la Expedición Estuarina, golfo de Urabá. Con este material se delimitaron los manglares y se clasificó el paisaje aledaño de acuerdo con la propuesta global de los antromas.

Los antromas son una denominación reciente para las coberturas de la tierra definidas por el grado de transformación que los seres humanos ha hecho de los biomas, o zonas caracterizadas biológicamente. Acorde con esto, los manglares pueden ser clasificados, según el contexto, como periurbanos (que están en los bordes de un área urbana), rurales, protegidos y silvestres.

En el caso del municipio de Turbo, los manglares periurbanos están rodeados por construcciones informales que se establecieron en las zonas de bajamar de la bahía Turbo, producto de la expansión urbana no planificada, ni regulada. Los manglares rurales están ubicados al norte del casco urbano, en el sector conocido como punta Yarumal o bahía El Uno, en donde la expansión de los potreros ha ido reduciendo los manglares a franjas delgadas. Los protegidos se encuentran dentro del puesto de guarda costas en punta Las Vacas, mientras que los silvestres están alejados, en Punta Coquito, al sur del Golfo.

Tanto la expansión urbana como la agropecuaria generan bordes marcados entre el manglar y los ambientes aledaños deforestados, bordes que al ser “permeables” facilitan el acceso de las personas que realizan tala ilegal de árboles de mangle rojo o colorado, para comercializarlos como varas, pilotes, tablones o carbón.

La pérdida del mangle rojo debido a la tala conlleva la proliferación de una especie secundaria, el mangle bobo o blanco, fenómeno conocido como transición de especies, degradación ecológica críptica o cambio de la condición ecológica. Por esta razón, los manglares periurbanos y rurales presentan una condición diferente a la de aquellos más saludables que se ubican dentro del puesto de guardacostas o en zonas alejadas de la ciudad de Turbo.

Aunque el estudio concluye que la degradación del manglar es promovida por la cercanía a la ciudad, también ofrece la perspectiva de que si se realizan acciones de manejo que comprometan a los ciudadanos se podrá contribuir con la conservación de dichos manglares, los cuales ofrecen importantes servicios como la pesca, la regulación del clima y el control de las inundaciones y la erosión costera. Por tanto, es urgente tomar acciones de conservación no solo dentro de las reservas naturales, sino por fuera de ellas.

*Mangroves on the Edge: Anthrome-dependent fragmentation influences ecological condition (Turbo, Colombia, Southern Caribbean) – Manglares en el borde: Fragmentación dependiente del contexto antropogénico influye sobre la condición ecológica (Turbo, Colombia, Caribe Sur).

Ver artículo completo en UdeA Noticias

20150623 Los manglares de Urabá: claves para la pesca artesanal

Este año en el que el tiempo de verano se ha prolongado debido a un moderado Fenómeno El Niño, es común escuchar que la pesca está mala ó que los peces se han ido. Otros dicen que no esta mala sino que ahora hay muchos pescadores y por eso no se pesca lo mismo que hace años. Algunos pescadores experimentados también mencionan con preocupación que la tala ilegal de manglar afecta la pesca. Esto último me lleva a reflexionar sobre el vínculo entre los manglares y la pesca, ya que si el tiempo mejora o se hace un ordenamiento de la actividad pesquera artesanal, la pregunta es a dónde volverán los peces? De hecho la pregunta se convierte en un argumento circular porque podemos, a su vez, preguntarnos a qué volverán los peces al manglar?

El vínculo entre los manglares y la pesca artesanal es estrecho en casi todas las partes de la franja tropical donde existen estos ecosistemas. El conocimiento tradicional de los pescadores y las investigaciones científicas coinciden en que los manglares cumplen tres funciones fundamentales para la pesca artesanal: 1) son sala cuna de muchas especies de peces y camarones de interés comercial, 2) proveen hábitat o refugio transitorio a juveniles y adultos de algunas de especies, y 3) producen parte del alimento y los nutrientes que después de llegar al mar eventualmente es consumido por dichas especies.

La costa del departamento de Antioquia posee 5687 hectáreas de manglar, 78% de las cuales se encuentran en las numerosas bocas del río Atrato, siendo este ecosistema y esta zona en particular, el área natural costera más importante para la pesca. De acuerdo con los censos de la Autoridad Nacional de Pesca y Acuicultura (AUNAP), alrededor de ella se concentran gran cantidad de sitios de pesca que reciben a más de 2000 pescadores provenientes de alrededor de 50 comunidades, algunas de ellas ubicadas en la costa norte en los municipios de San Juan y Arboletes. Junto con sus familias una población de más de 11 mil personas se beneficia de la pesca, sin contar con la cadena de comerciantes y consumidores finales. De esta forma, el manglar ofrece una variedad grande de peces tales como el chivo cabezón, la anchoa, el robalo, el sábalo, el macaco, el pargo y la mojarra, entre otros, que llegan a los puntos de comercialización en Turbo y Necoclí.

Los manglares son fuentes de vida. Algunas de estas especies utilizan el entramado de las raíces de los mangles de las orillas como sitios de crianza o como sala cuna. Solo en las bocas del río Atrato, la orilla de los extensos manglares podría ofrecer más de 200 hectáreas de guarderías para los peces y camarones. Por otra parte, las múltiples pozas, ciénagas, canales y entradas de los manglares ofrecen sitios de refugio para algunas especies, siendo llamadas por algunos pescadores por el nombre de lo que pescan allí, como por ejemplo “la sabalera”.

Finalmente, es poco reconocido que el aporte que hacen las hojas al caer del dosel del manglar al suelo es fundamental para producir alimento para los peces y otros animales microscópicos (el plancton) y mantener las cadenas alimenticias (tróficas) marinas. Por ejemplo, una tasa de caída de 5 gramos por metro cuadrado por día equivalen a cerca de 18 toneladas por hectárea por año, las cuales al fragmentarse, descomponerse y disolverse se convierten en alimento con el contenido nutricional que finalmente se acumula en los peces y camarones que son pescados, comercializados y consumidos. De esta forma, se genera una ecuación fundamental: toneladas de hojas que caen del manglar equivalen a muchos kilos o toneladas de pesca al año.

Por ello, cada vez que consumamos pescado, no solo debemos sentirnos agradecidos con los pescadores que con su labor nos benefician, sino ser conscientes que en cada uno hay un poco de los manglares. Hoy en día cuando esta de moda hablar de sustentabilidad (la garantía del bienestar para las generaciones futuras) debemos entender que poseemos en las costas antioqueñas la clave de dicho bienestar: los manglares, fuente de la pesca artesanal. Muchos países tropicales ya los valoran y celebran el Día Internacional del Manglar cada 26 de julio.

Publicado en: Periódico El Comercio de Urabá, Apartadó (Antioquia)

Reproducido en línea por: http://www.cco.gov.co/noticias49_manglares_de_uraba.html

20150728 Manglares de Turbo: refugios de vida

El pasado 26 de julio se conmemoró el “Día Internacional por la Defensa del Ecosistema de Manglar”. Esta celebración hace eco de la defensa que una comunidad de pescadores de un pueblo costero en Ecuador realizó ante la tala del manglar para el establecimiento de una camaronera ilegal en 1998. En el año 2000 se acogió la fecha durante un encuentro de pescadores en Brasil y desde entonces la ampliación de la celebración a muchos países del mundo ha dado cuenta de la importancia que tiene este ecosistema no solo para los pescadores sino para las comunidades costeras y países en general.

Los manglares ofrecen múltiples servicios agrupados en soporte vital, provisión, regulación y culturales. Sin los manglares muchas especies de aves, mamíferos, peces y un gran número de invertebrados no tendrían un hábitat, refugio o sitio de alimentación y, por lo tanto, no podrían existir, al menos no en esas localidades, siendo un soporte vital para las costas. Los manglares proveen madera para leña y construcciones, tintes, miel, extractos medicinales, alimento para el ganado, y obviamente peces, crustáceos y moluscos para la pesca artesanal. Estos ecosistemas son reguladores de la temperatura, trampas de sedimentos, filtros para el agua, los nutrientes y los contaminantes y, finalmente, son bio-barreras ante fenómenos como los mares de leva y las inundaciones de los ríos producidos por tormentas tropicales y huracanes. Finalmente, muchas comunidades ancestrales afro-descendientes e indígenas se han relacionado con los manglares durante siglos, manteniendo un estrecho vínculo cultural y religioso o espiritual con ellos. Hoy en día, en algunas partes los manglares también son áreas fundamentales para el ecoturismo, la educación ambiental y la investigación científica, siendo, por lo tanto, bienes inmateriales para las naciones y la humanidad.

En la costa del departamento de Antioquia existen aproximadamente 5700 hectáreas de manglar, 78% de las cuales se encuentran en las numerosas bahías del delta del río Atrato, siendo este ecosistema y esta zona en particular, el área natural costera más importante para la pesca. Sin embargo, las cerca de 140 hectáreas presentes en el corregimiento bahía El Uno, ubicado al norte de la ciudad de Turbo, son de gran importancia ecológica, a pesar de que están fuertemente amenazadas por la sobre-explotación de varas y pilotes para la construcción y la elaboración de carbón. Las comunidades de Punta Yarumal, El Uno y 7 de Agosto, principalmente, derivan su sustento de la pesca dentro y cerca de estos manglares. Sin embargo, la tala del manglar y su conversión a potreros son posiblemente las responsables de la disminución de la pesca en esta área y del deterioro ecológico generalizado asociado con la colmatación de la bahía El Uno. Los sábalos, róbalos, lisas y otras especies ya no se pescan como contaban los viejos, según comentan los pescadores más jóvenes. Ya por el río Turbo no se puede subir a pescar porque está sedimentado. Aun así el manglar sigue peleando y ofrece refugio a los peces, los camarones y las ostras entre sus raíces, sus canales, sus pozas y ciénagas. Los antioqueños y turbeños poseemos un patrimonio, aun valioso, en estos manglares. Un refugio de vida. Ojala podamos celebrar el “Día del Manglar” muchos más años, pero es urgente empezar a defenderlos. Para cerrar, una reflexión: “Los manglares protegen a las personas que protegen a los manglares”, Sergio Mattos Fonseca.

Publicado en: Periódico El Comercio de Urabá (Apartadó, Antioquia)

Ver video producido por la Universidad de Antioquia: https://www.youtube.com/watch?v=OaBHj7hU0Js