El pasado 26 de julio se conmemoró el “Día Internacional por la Defensa del Ecosistema de Manglar”. Esta celebración hace eco de la defensa que una comunidad de pescadores de un pueblo costero en Ecuador realizó ante la tala del manglar para el establecimiento de una camaronera ilegal en 1998. En el año 2000 se acogió la fecha durante un encuentro de pescadores en Brasil y desde entonces la ampliación de la celebración a muchos países del mundo ha dado cuenta de la importancia que tiene este ecosistema no solo para los pescadores sino para las comunidades costeras y países en general.
Los manglares ofrecen múltiples servicios agrupados en soporte vital, provisión, regulación y culturales. Sin los manglares muchas especies de aves, mamíferos, peces y un gran número de invertebrados no tendrían un hábitat, refugio o sitio de alimentación y, por lo tanto, no podrían existir, al menos no en esas localidades, siendo un soporte vital para las costas. Los manglares proveen madera para leña y construcciones, tintes, miel, extractos medicinales, alimento para el ganado, y obviamente peces, crustáceos y moluscos para la pesca artesanal. Estos ecosistemas son reguladores de la temperatura, trampas de sedimentos, filtros para el agua, los nutrientes y los contaminantes y, finalmente, son bio-barreras ante fenómenos como los mares de leva y las inundaciones de los ríos producidos por tormentas tropicales y huracanes. Finalmente, muchas comunidades ancestrales afro-descendientes e indígenas se han relacionado con los manglares durante siglos, manteniendo un estrecho vínculo cultural y religioso o espiritual con ellos. Hoy en día, en algunas partes los manglares también son áreas fundamentales para el ecoturismo, la educación ambiental y la investigación científica, siendo, por lo tanto, bienes inmateriales para las naciones y la humanidad.
En la costa del departamento de Antioquia existen aproximadamente 5700 hectáreas de manglar, 78% de las cuales se encuentran en las numerosas bahías del delta del río Atrato, siendo este ecosistema y esta zona en particular, el área natural costera más importante para la pesca. Sin embargo, las cerca de 140 hectáreas presentes en el corregimiento bahía El Uno, ubicado al norte de la ciudad de Turbo, son de gran importancia ecológica, a pesar de que están fuertemente amenazadas por la sobre-explotación de varas y pilotes para la construcción y la elaboración de carbón. Las comunidades de Punta Yarumal, El Uno y 7 de Agosto, principalmente, derivan su sustento de la pesca dentro y cerca de estos manglares. Sin embargo, la tala del manglar y su conversión a potreros son posiblemente las responsables de la disminución de la pesca en esta área y del deterioro ecológico generalizado asociado con la colmatación de la bahía El Uno. Los sábalos, róbalos, lisas y otras especies ya no se pescan como contaban los viejos, según comentan los pescadores más jóvenes. Ya por el río Turbo no se puede subir a pescar porque está sedimentado. Aun así el manglar sigue peleando y ofrece refugio a los peces, los camarones y las ostras entre sus raíces, sus canales, sus pozas y ciénagas. Los antioqueños y turbeños poseemos un patrimonio, aun valioso, en estos manglares. Un refugio de vida. Ojala podamos celebrar el “Día del Manglar” muchos más años, pero es urgente empezar a defenderlos. Para cerrar, una reflexión: “Los manglares protegen a las personas que protegen a los manglares”, Sergio Mattos Fonseca.
Publicado en: Periódico El Comercio de Urabá (Apartadó, Antioquia)
Ver video producido por la Universidad de Antioquia: https://www.youtube.com/watch?v=OaBHj7hU0Js