20150623 Los manglares de Urabá: claves para la pesca artesanal

Este año en el que el tiempo de verano se ha prolongado debido a un moderado Fenómeno El Niño, es común escuchar que la pesca está mala ó que los peces se han ido. Otros dicen que no esta mala sino que ahora hay muchos pescadores y por eso no se pesca lo mismo que hace años. Algunos pescadores experimentados también mencionan con preocupación que la tala ilegal de manglar afecta la pesca. Esto último me lleva a reflexionar sobre el vínculo entre los manglares y la pesca, ya que si el tiempo mejora o se hace un ordenamiento de la actividad pesquera artesanal, la pregunta es a dónde volverán los peces? De hecho la pregunta se convierte en un argumento circular porque podemos, a su vez, preguntarnos a qué volverán los peces al manglar?

El vínculo entre los manglares y la pesca artesanal es estrecho en casi todas las partes de la franja tropical donde existen estos ecosistemas. El conocimiento tradicional de los pescadores y las investigaciones científicas coinciden en que los manglares cumplen tres funciones fundamentales para la pesca artesanal: 1) son sala cuna de muchas especies de peces y camarones de interés comercial, 2) proveen hábitat o refugio transitorio a juveniles y adultos de algunas de especies, y 3) producen parte del alimento y los nutrientes que después de llegar al mar eventualmente es consumido por dichas especies.

La costa del departamento de Antioquia posee 5687 hectáreas de manglar, 78% de las cuales se encuentran en las numerosas bocas del río Atrato, siendo este ecosistema y esta zona en particular, el área natural costera más importante para la pesca. De acuerdo con los censos de la Autoridad Nacional de Pesca y Acuicultura (AUNAP), alrededor de ella se concentran gran cantidad de sitios de pesca que reciben a más de 2000 pescadores provenientes de alrededor de 50 comunidades, algunas de ellas ubicadas en la costa norte en los municipios de San Juan y Arboletes. Junto con sus familias una población de más de 11 mil personas se beneficia de la pesca, sin contar con la cadena de comerciantes y consumidores finales. De esta forma, el manglar ofrece una variedad grande de peces tales como el chivo cabezón, la anchoa, el robalo, el sábalo, el macaco, el pargo y la mojarra, entre otros, que llegan a los puntos de comercialización en Turbo y Necoclí.

Los manglares son fuentes de vida. Algunas de estas especies utilizan el entramado de las raíces de los mangles de las orillas como sitios de crianza o como sala cuna. Solo en las bocas del río Atrato, la orilla de los extensos manglares podría ofrecer más de 200 hectáreas de guarderías para los peces y camarones. Por otra parte, las múltiples pozas, ciénagas, canales y entradas de los manglares ofrecen sitios de refugio para algunas especies, siendo llamadas por algunos pescadores por el nombre de lo que pescan allí, como por ejemplo “la sabalera”.

Finalmente, es poco reconocido que el aporte que hacen las hojas al caer del dosel del manglar al suelo es fundamental para producir alimento para los peces y otros animales microscópicos (el plancton) y mantener las cadenas alimenticias (tróficas) marinas. Por ejemplo, una tasa de caída de 5 gramos por metro cuadrado por día equivalen a cerca de 18 toneladas por hectárea por año, las cuales al fragmentarse, descomponerse y disolverse se convierten en alimento con el contenido nutricional que finalmente se acumula en los peces y camarones que son pescados, comercializados y consumidos. De esta forma, se genera una ecuación fundamental: toneladas de hojas que caen del manglar equivalen a muchos kilos o toneladas de pesca al año.

Por ello, cada vez que consumamos pescado, no solo debemos sentirnos agradecidos con los pescadores que con su labor nos benefician, sino ser conscientes que en cada uno hay un poco de los manglares. Hoy en día cuando esta de moda hablar de sustentabilidad (la garantía del bienestar para las generaciones futuras) debemos entender que poseemos en las costas antioqueñas la clave de dicho bienestar: los manglares, fuente de la pesca artesanal. Muchos países tropicales ya los valoran y celebran el Día Internacional del Manglar cada 26 de julio.

Publicado en: Periódico El Comercio de Urabá, Apartadó (Antioquia)

Reproducido en línea por: http://www.cco.gov.co/noticias49_manglares_de_uraba.html

20150728 Manglares de Turbo: refugios de vida

El pasado 26 de julio se conmemoró el “Día Internacional por la Defensa del Ecosistema de Manglar”. Esta celebración hace eco de la defensa que una comunidad de pescadores de un pueblo costero en Ecuador realizó ante la tala del manglar para el establecimiento de una camaronera ilegal en 1998. En el año 2000 se acogió la fecha durante un encuentro de pescadores en Brasil y desde entonces la ampliación de la celebración a muchos países del mundo ha dado cuenta de la importancia que tiene este ecosistema no solo para los pescadores sino para las comunidades costeras y países en general.

Los manglares ofrecen múltiples servicios agrupados en soporte vital, provisión, regulación y culturales. Sin los manglares muchas especies de aves, mamíferos, peces y un gran número de invertebrados no tendrían un hábitat, refugio o sitio de alimentación y, por lo tanto, no podrían existir, al menos no en esas localidades, siendo un soporte vital para las costas. Los manglares proveen madera para leña y construcciones, tintes, miel, extractos medicinales, alimento para el ganado, y obviamente peces, crustáceos y moluscos para la pesca artesanal. Estos ecosistemas son reguladores de la temperatura, trampas de sedimentos, filtros para el agua, los nutrientes y los contaminantes y, finalmente, son bio-barreras ante fenómenos como los mares de leva y las inundaciones de los ríos producidos por tormentas tropicales y huracanes. Finalmente, muchas comunidades ancestrales afro-descendientes e indígenas se han relacionado con los manglares durante siglos, manteniendo un estrecho vínculo cultural y religioso o espiritual con ellos. Hoy en día, en algunas partes los manglares también son áreas fundamentales para el ecoturismo, la educación ambiental y la investigación científica, siendo, por lo tanto, bienes inmateriales para las naciones y la humanidad.

En la costa del departamento de Antioquia existen aproximadamente 5700 hectáreas de manglar, 78% de las cuales se encuentran en las numerosas bahías del delta del río Atrato, siendo este ecosistema y esta zona en particular, el área natural costera más importante para la pesca. Sin embargo, las cerca de 140 hectáreas presentes en el corregimiento bahía El Uno, ubicado al norte de la ciudad de Turbo, son de gran importancia ecológica, a pesar de que están fuertemente amenazadas por la sobre-explotación de varas y pilotes para la construcción y la elaboración de carbón. Las comunidades de Punta Yarumal, El Uno y 7 de Agosto, principalmente, derivan su sustento de la pesca dentro y cerca de estos manglares. Sin embargo, la tala del manglar y su conversión a potreros son posiblemente las responsables de la disminución de la pesca en esta área y del deterioro ecológico generalizado asociado con la colmatación de la bahía El Uno. Los sábalos, róbalos, lisas y otras especies ya no se pescan como contaban los viejos, según comentan los pescadores más jóvenes. Ya por el río Turbo no se puede subir a pescar porque está sedimentado. Aun así el manglar sigue peleando y ofrece refugio a los peces, los camarones y las ostras entre sus raíces, sus canales, sus pozas y ciénagas. Los antioqueños y turbeños poseemos un patrimonio, aun valioso, en estos manglares. Un refugio de vida. Ojala podamos celebrar el “Día del Manglar” muchos más años, pero es urgente empezar a defenderlos. Para cerrar, una reflexión: “Los manglares protegen a las personas que protegen a los manglares”, Sergio Mattos Fonseca.

Publicado en: Periódico El Comercio de Urabá (Apartadó, Antioquia)

Ver video producido por la Universidad de Antioquia: https://www.youtube.com/watch?v=OaBHj7hU0Js

20150606 Llegó la pesca

Anoche iniciamos un recorrido por la costa norte o Caribe de Antioquia, Colombia. El objetivo, realizar una serie de encuentros con las comunidades de pescadores artesanales entre Arboletes y Turbo para el intercambio de conocimientos entre ellos y varios científicos de diferentes disciplinas de las ciencias del mar. Esperamos que esto contribuya con lineamientos para el ordenamiento pesquero del golfo de Urabá, el más grande del Caribe Sur.

Arboletes. Llegamos profesores, profesionales y estudiantes a las 8 am a la reunión, pero nos llevamos la sorpresa que anoche llovió y hoy la pesca amaneció buena. Los pescadores se fueron a aprovechar la faena porque la cosa está dura…mucho verano. Los pescadores llegaron. La pesca estuvo buena.

7 pm. Ahora podemos iniciar el encuentro. Son las 8 pm.  La faena pinta bien. Aprendemos cada día de los ritmos del mar. 10 pm. Termina el encuentro.

Mañana salimos para Zapata.

Mangle Blanco
Reporta para el proyecto:
Lineamientos prioritarios para el ordenamiento pesquero del golfo de Urabá
Universidad de Antioquia _ Gobernación de Antioquia
Sistema general de regalías

20150605. Día mundial del medio ambiente desde Urabá

Desde hace muchos años existe la discusión en el mundo hispanoparlante acerca de si es correcto decir «medio ambiente» o simplemente «ambiente». LA discusión se volvió más álgida después de la Cumbre de Río, la cual en muchos países Latinoamericanos dio lugar a la creación de ministerios del «medio ambiente». Así ocurrió en Colombia, país donde vivo. Desde hace unos pocos años el nombre de este ministerio muto a solo «ambiente».

En medio de la discusión semántica, apareció un chiste ambientalista que enfatizaba que llamábamos «medio» al ambiente porque era lo que nos quedaba.

Hoy la discusión ecológica seria plantea que el planeta ha sido transformado por la actividad humana a un nivel en el que menos del 25% de la cobertura de la biosfera actual puede considerarse natural o silvestre. De acuerdo a ello, tenemos no un medio, sino un cuarto ambiente.

Hoy daré una charla en un foro sobre deforestación en la región dé Urabá en la Sede de Ciencias del Mar de la Universidad de Antioquia en Turbo, Antioquia. El título: «Deforestación en los manglares de Urabá: ficción o realidad». Mis investigaciones acompañadas por estudiantes de preferido y posgrado muestran una imagen contundente. En esta región la zona costera está dominada, en 60% por coberturas hechas por el hombre: tejidos urbanos densos, pastizales y cultivos de banano. Los manglares que otrora debían colindar con humedales arbolados de agua dulce, hoy son vecinos de vacas en sus potreros, matas de banano y plátano y, en algunas partes, son inclusive parte de los patios de las casas construidas en las zonas de bajamar.

Lastimosamente, esto muestra que de nuestro ambiente costero en Urabá, solo queda un medio.

Sigamos el slogan del PNUMA para la celebración de este año:

Somos 7 millones de sueños, un solo planeta, consumamos responsablemente

El mar de Urabá, sus manglares y zona costera son únicos, frágiles y amenazados. Actuemos de manera conjunta para proteger el medio que nos queda de esta esquina, la mejor de América, la más sureña del Mar Caribe.

@Mangle_Blanco